domingo, 30 de mayo de 2010

¡¡ Una cloaca que parece un arroyo !!

En el partido de Morón, Provincia de Buenos Aires, se encuentra el arroyo Morón, el cuál es un cuerpo de agua que está entubado en un 50%, y presenta una profundidad promedio de 20 centimetros en días soleados. Las márgenes son barrancas con una inclinación de aproximadamente 45° y una altura que alcanza los 6 metros y el ancho del mismo es de 12 metros. Esto nos da idea del volúmen de agua que circula por allí los días de lluvia.

Dicho así parece un arroyo cualquiera, podemos pedirle a un chico que dibuje un arroyo y el seguramente usará sus mejores lápices para pintar la vegetación con diferentes tonos de verde, para el agua celeste y porque no azul, para marcar algún que otro lugar más profundo. No creo que quiera utilizar otros colores.

Después que conocí este lugar, tan cercano a la Ciudad de Buenos Aires, apenas 20 minutos desde el centro, no podría pedirle a nadie que se imagine un arroyo, porque el resultado no sería real.

En el agua podemos encontrar la paleta de colores más variada, bastante alejada del celeste pero más próxima a los verdes pardo, rojos borravino, grises azulados y el infaltable color negro. Por momentos todo acompañado de sus correspondientes vapores y además espuma. De más está decir, que es una cloaca a cielo abierto.

Donde termina el entubamiento es una zona marginal, con gente indigente, que tiene como forma de subsistencia recibir en cantidad basura de todo tipo, tanto orgánica como restos de computadoras, puertas, bolsas con aserrín, colchones, partes de autos, etcétera. Ellos la clasifican y lo que sirve lo venden y lo que no, tiene un destino obvio, el arroyo Morón.

En el marco de un proyecto de Diagnóstico de contaminación encargado por la Municipalidad de Morón al CoPAARA, me encargo de realizar los muestreos, y en varias oportunidades para llegar al agua hay que caminar sobre la basura. Me cuesta entender porque viven así, como no se dan cuenta que están enfermos, ni siquiera los perros del lugar tienen aspecto saludable.

Respecto a las fábricas que vuelcan sus efluentes ahí, ya sea en forma clandestina o no, también carecen de conciencia, y no digo de conciencia ambiental, que es lo que se suele decir, sino de conciencia humana, porque ellos también se están enfermando. Esto es un sistema cerrado, y lo que hagamos por un lado vuelve por otro.

Espero que alguna vez nos demos cuenta que el daño que le hacemos al ambiente es el daño que nos hacemos a nosotros mismos.

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